En el término municipal de Calasparra y antes de llegar al núcleo urbano de la ciudad se ubican los conocidos como Baños de Gilico. Por los aledaños discurre una carretera sinuosa que nos acercará al Cortijo de los Panes, donde se encuentran los restos de un viejo molino hidráulico.
Es un ejemplo de los cortijos murcianos que proliferaron por la geografía de la Región.
Se trataba de explotaciones que proliferaron a finales del siglo XVII y XVIII, normalmente estaban a cargo de familias nobiliarios o funcionarios.